jueves, 24 de mayo de 2012

Estadísticas de la inequidad de género en la política de México y el Mundo

De acuerdo con el INEGI y el Instituto Nacional de las Mujeres: en política no hay igualdad de género. Advierten que pese al avance en otros campos sociales, en los espacios de toma de decisión se mantiene la imposición masculina sin importar el daño que, dicen, hacen a la sociedad.
El índice de desigualdad que presentó el Foro Económico Mundial 2007 deja a México en el lugar 76 en cuanto al empoderamiento político de la mujer, al considerar su participación de 12.5% dentro de las secretarías de Estado.


Pese a que la Constitución advierte la igualdad entre hombres y mujeres, las cifras son interesantes: en el Poder Ejecutivo las mujeres representan 20%, en el gabinete ampliado 8.3% y en el staff de la Presidencia 28.57%.


Según el INEGI e Inmujeres señala que en las subsecretarías de Estado las mujeres representan 13.5%, 11.4% son oficiales mayores, 16.8% titulares de unidad, 14% jefes de unidad y 38.6% asesoras. En el Poder Judicial representan 18.18%, cifra que se mantiene en el Congreso de la Unión. En el Senado las mujeres ocupan apenas 18% de representación y en la Cámara de Diputados 23.4%. Pese a que las cuotas de género en los tres principales partidos es de 50% para hombres y 50% para mujeres, la realidad es diferente.


Cifras de la Organización Internacional del Trabajo apuntan que sólo 3% de los puestos ejecutivos de las mayores empresas del mundo están ocupados por mujeres y 13% de los parlamentarios está ocupado por ellas, dato que corrobora la desigualdad de género. En contraste, el organismo hace notar que a nivel mundial la participación de la mujer en otros ámbitos de la vida laboral, se ha incrementado hasta alcanzar 40%. Además de estar presente mayoritariamente en los trabajos no remunerados, como el cuidado de la casa, la preparación de los alimentos de la familia, el cuidado de los enfermos en el hogar y la ardua y permanente tarea de cuidar, educar y formar a los infantes.


México firmó el instrumento llamado Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer, el cual, en su artículo tercero, señala que las mujeres tendrán derecho a ocupar cargos públicos y ejercer todas las funciones públicas establecidas por la legislación nacional, en condiciones de igualdad con los hombres, sin discriminación.


En este orden de ideas, el Estado mexicano tiene la obligación de velar por el respeto a la equidad de género, tal como lo considera la Ley General para la Igualdad de Hombres y Mujeres. (1)


La búsqueda de equidad en la situación laboral entre hombres y mujeres es cada vez mayor, las empresas ofrecen salarios y puestos laborales de forma más semejante y menos discriminatoria, según un estudio del Foro Económico Mundial (WEF).


Finlandia es el país con mayores oportunidades para la mujer en el mundo de 134 países. En Latinoamérica,Brasil, en el número 81 es el mejor posicionado, muy por arriba de México (98), según el Foro Económico Mundial en su reporte La brecha en la equidad de género (Corporate Gender Gap).


"El estudio presenta las características laborales más usuales del sector femenil económicamente activo dentro de los países desarrollados y en vías de desarrollo.", afirma la organización en su reporte En la encuesta, México y Brasil son las únicas naciones latinoamericanas en donde hubo entrevistas para determinar factores como participación en las empresas, porcentaje de fuerza laboral y beneficios especiales. 


La investigación afirma que en México hay un 36.5% de mujeres empleadas de total de la fuerza laboral, mientras que en Brasil sólo un 34.7% de las féminas albergan los puestos laborales.
Sin embargo, el país sudamericano tiene una mejor posición ante el ranking de participación y oportunidad económica donde se ubica en el lugar 75, mientras que México ocupa el lugar 114. Finlandia es el lugar donde hay mayor participación de la mujer en las actividades laborales, según cifras del WEF.   


En los aspectos de equidad de sueldo y actividades profesionales la institución hace referencia a niveles de cero a uno para obtener una medición estándar, donde el cero es la inequidad y uno es la equidad. En está parte México obtiene la  calificación de 0.65 frente a 0.67 de la nación brasileña, mientras que las mujeres de origen finlandés son las mejores calificadas, llegando al número de 0.83 dentro del indicador de equidad.


A su vez, las estadísticas determinan que el 11% de las mujeres encuestadas en Brasil son ejecutivas de alto rango, algo que en México resulta nulo. 


Las cifras concluyen que más del 20% de los puestos gerenciales, en Brasil, son ocupados por damas, al contrario con el más de 10% que se indica para las trabajadoras mexicanas. La consulta responde a la participación de más de 600 compañías, de 16 distintos sectores industriales, en 20 distintos países. (2)





2 comentarios:

  1. Las reivindicaciones en torno a la igualdad de género se arrastran históricamente como una asignatura pendiente del proceso inacabado de la modernidad. Aunque se observan importantes avances en este sentido, su consecución definitiva queda aún muy lejos y empieza a ser acuciante en este nuevo siglo. Por eso, esta materia deber ser tratada con seriedad y urgencia a través de la promoción de mecanismos eficaces que erradiquen el sistema patriarcal dominante de nuestras sociedades. Por tanto, los instrumentos deberán ser de muy distinto tipo y naturaleza, ya que este problema social ocupa transversalmente todo el sistema político, jurídico y socio-económico actual. A esto parece referirse el término anglosajón mainstreaming, traducido al español como transversalidad: o sea, a la necesidad de implementar de forma coordinada y sistemática una serie de medidas de política de género en todas aquellas decisiones que puedan afectar a mujeres. Sin embargo, la mayoría de las medidas que se intentan coordinar no son adecuadas o no se interpretan debidamente. Todas ellas parecen estar aún inmersas en el propio sistema patriarcal que ha sido objeto de “naturalización” y que, en realidad, bajo diversos argumentos, sigue “ocultando” o “haciendo invisibles” las desigualdades de género.

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  2. Para que exista un desarrollo equitativo para ambos géneros es indispensable la incorporación de la mujer en el marco político de cualquier país, en los últimos años se ha visto un avance en este aspecto, pero en otros, sobre todo en territorios donde la religión es muy dominante, ha llevado la mujer una carga muy pesada y que apenas inician a reconocerlas, no en todos los lugares, es muy importante su consideración y debemos apoyar esa causa...

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